Las regulaciones del Trabajo Sexual en San Juan 1875-1894: Expedientes sobre “Reglamento de mujeres públicas”
Krystal A. Lozada Danuz
Estudiante Graduada en Sociologia, Universidad de Puerto Rico
PRAC Summer Mellon Intern, 2025
Sanidad
Reglamento de Mujeres Públicas:
En este ensayo se examinan las cajas que revisé en el Archivo General de Puerto Rico del Fondo del Municipio de San Juan de la serie del Ayuntamiento de San Juan de Puerto Rico del Departamento de Sanidad, en particular el expediente del Reglamento de mujeres públicas. Estos documentos cubren el periodo entre 1875 y 1894, y la revisión busca estudiar cómo fue atendido el oficio de la prostitución en Puerto Rico en esa época. También se examina en el Archivo General de Puerto Rico el fondo del Municipio de San Juan, la serie del Ayuntamiento de San Juan de Puerto Rico de 1876 del Departamento de Sanidad, en particular el expediente para establecer en esta ciudad un servicio completo de higiene relativo a la prostitución. Estos documentos cubren el período entre 1875 y 1894. De esta manera se quiere conocer la función que ejercieron ambos ordenamientos establecidos en la Capital por el Departamento de Sanidad. Además, en este trabajo se analizan expedientes del Fondo del Departamento de Salud, de la serie de enfermedades venéreas. Esto como parte del trabajo realizado siendo estudiante pasante en el Internado de PRAC durante el verano. También para conocer la visión de la sociedad puertorriqueña y las propuestas presentadas a nivel sociopolítico sobre la prostitución se estudia la prensa del 1966 al 1975 de Puerto Rico y Estados Unidos.
En la búsqueda de los documentos que se presentan a continuación se encontró el “Reglamento de Mujeres Públicas” redactado el 4 de abril de 1875 por la junta del Ayuntamiento de San Juan de Puerto Rico. Al revisar el reglamento se puede identificar que en Puerto Rico la prostitución era legal, pero solamente permitida en establecimientos específicos como las llamadas “casas de lenocinio”[1]. En el “reglamento de mujeres públicas” se encontró la composición de dieciocho normas que las “mujeres públicas” debían cumplir de acuerdo al gobierno municipal. Del mismo se comprende que a la “mujer pública” que no cumpliera con el reglamento establecido se le imponían cargos o multas.
A su vez, en el reglamento de mujeres públicas se puede encontrar un documento de las reglas dirigidas a las mujeres que ejercían la prostitución y de las reglas dirigidas a las personas dueñas de “casas de citas”. Es decir que tanto las personas que ejercían la prostitución como la persona que la facilitaba debían ser inscritas bajo un registro. En el caso de las mujeres debían inscribirse en la Secretaría del Ayuntamiento del Municipio y los dueños de “casas de citas” debían ser inscritos en un registro especial. De acuerdo a los hallazgos en el caso de las mujeres, estas debían pagar diez dólares mensuales de inscripción y los dueños de “casas de citas” debían pagar cuatro dólares mensuales. Sobre este hallazgo se puede identificar que el municipio obtenía dinero por parte del oficio de la prostitución. Es decir, para cumplir con las normas del ordenamiento, las mujeres debían pagar al municipio para trabajar de manera legítima.
Por su parte, se encontró que adicional a la mensualidad que las mujeres debían pagar para su inscripción, estas debían pagar cincuenta centavos por la cartilla que debían seguir para cumplir con dicho ordenamiento. De los hallazgos se comprende que había un mínimo de edad para ejercer la prostitución bajo el ordenamiento y este debía ser “veinte años cumplidos”. Sobre este asunto no se pudo identificar si esta norma se debía a la presencia de menores ejerciendo la prostitución. Además, en los documentos también se hace referencia a que no era permitido ejercer el oficio fuera de las casas autorizadas de dueños o fuera del domicilio de mujeres públicas.
En relación a las políticas públicas de salud, se encontró que las mujeres debían someterse a exámenes físicos dos veces por semana y si alguna se encontraba enfermaba, era conducida al hospital para ser atendida. Sobre las normas se comprende que no era permitido que ninguna mujer ejerciera la prostitución sin realizarse los exámenes semanales. De igual forma no era permitido que más de dos “mujeres públicas” residieran en un mismo domicilio de la mujer, y si alguna incumplía la norma también sería multada. Sobre este asunto pude identificar un silencio sobre las listas de mujeres inscritas, listas de exámenes físicos y las mensualidades que pagaban si era que existían las mismas, según se redacta en el reglamento. Relacionado al asunto de la mensualidad y multas hay un silencio también en cuanto al lugar que iba el dinero que las mujeres pagaban por trabajar, dado a que en el reglamento no se específica si había un “fondo público” o un “lugar de recaudaciones” en el Municipio al cuál iba el dinero que estás pagaban.
Se puede concluir, de los hallazgos en el “Reglamento de Mujeres Públicas”, que la forma en la cual era atendido el asunto de la prostitución estaba dirigida al establecimiento de casas, para que de esta manera hubiera un control de los espacios en los que se ejercía la prostitución. También se puede comprender que al establecer “casas de citas” el orden municipal también respondía al control salubrista y económico de las mujeres ya que al mantener las casas de citas para la prostitución el municipio “limpió las calles de las mujeres” y también controló las ganancias de las mujeres, al estas tener que pagar de sus ganancias al municipio. A su vez, el hecho de que llevaran a las mujeres al hospital cuando estas enfermaban también es un asunto de salubridad. Lo redactado en este reglamento va relacionado al reglamento de servicio de higiene relativo a la prostitución que será discutido en la próxima parte.
Entre otros documentos que examiné en el Archivo General de Puerto Rico también estudié del fondo del Municipio de San Juan la serie de Sanidad. En la búsqueda se encontró el expediente para establecer en el municipio un servicio de higiene relativo a la prostitución. Este otro reglamento establece una definición de las trabajadoras sexuales a finales del siglo XIX, estableciendo que “las mujeres prostitutas eran las mujeres que con el fin de lucrarse entregaban su cuerpo para proporcionar placeres carnales”. Entre los hallazgos de este documento se encontró que al parecer se establece en la definición de la mujer que es “prostituta” una diferencia con las “otras mujeres que sostienen relaciones ilícitas con un solo hombre”. De acuerdo a este argumento, se puede interpretar que había una diferencia socialmente marcada entre las mujeres “prostitutas”[2] que ejercen relaciones sexuales como un trabajo y las otras “mujeres inmorales”, ya sea que se refiera a mujeres que conviven o mantienen relaciones sexuales con hombres sin estar casadas, o sea que están cometiendo “infidelidad/adulterio”. Sobre este asunto, señalo que en la definición de prostituta dividen a las mujeres como si existiera una división o segregación socialmente establecida sobre los “tipos de mujeres inmorales” que existen.
Por otra parte, también los miembros de la Junta de Sanidad formulan diferencias entre los “tipos de prostitutas” que existían a partir de las formas o lugares en los cuales ejercían su oficio. Todas ejercían el mismo oficio, sin embargo, las que lo hacían en las calles fuera de las inscripciones eran consideradas “inmorales”, y las que lo hacían bajo el reglamento municipal eran un poco más socialmente aceptadas. También se encontró que había un horario establecido en el cual las mujeres podían salir a ejercer el oficio. Dicho horario debía ser después de las diez de la noche. El horario de trabajo también dependía de las actividades, fiestas o teatros, debido a que si alguna de las actividades ocurría durante esas horas, no era permitido que estuvieran en las calles hasta que terminara la actividad. En el reglamento de la higiene de la prostitución se puede identificar que la manera en la cual se atendió el asunto de la prostitución fue desde una visión moral y salubrista. El establecimiento de lugares para practicar la prostitución limitó que las mujeres pudieran compartir de manera legal lugares de vivienda o que pudieran ejercer de forma compartida el oficio, generando a su vez una división social entre las mujeres. Así que en los hallazgos se puede identificar que tanto la segregación de mujeres generada por la visión moral, el establecimiento de casas de citas y el establecimiento de médicos capacitados para atender los casos de mujeres públicas enfermas respondieron al objetivo de control de la higiene y limpieza del gobierno colonial de España.
Policía
“Reglamento de mujeres públicas”
En las siguientes imágenes se presenta otro documento que examiné en el Archivo General de Puerto Rico del fondo del Ayuntamiento Municipal de San Juan de la serie Departamento de Policía del expediente sobre el “Reglamento de Mujeres Públicas” publicado en el 1876. En la búsqueda de los documentos del Departamento de la policía se quería conocer cuál era la visión que tenían para atender el asunto de la prostitución y si tenían alguna otra propuesta diferente a la establecida por el Departamento de Sanidad. En el caso de este “Reglamento” encontré que el ordenamiento era muy similar al reglamento de sanidad para la “Higiene de la prostitución”. Igual que dicho reglamento de sanidad en el caso de la policía, se comprende de dieciocho reglas que deben llevar a cabo las mujeres para cumplir con el orden municipal de higiene de prostitución de San Juan. En el documento también se encontró que las mujeres no podían ejercer el oficio fuera de las casas establecidas y debían pagar cuotas como parte de las inscripciones y exámenes médicos semanales. A diferencia del departamento de sanidad, en el caso del Departamento de la Policía se pude identificar que la agencia tenía una responsabilidad gubernamental y era recoger a las “mujeres perdidas” y llevarlas a “la casa de la galera”[3]. Por su parte, en el documento también se comprende que se desconoce a dónde iban las cuotas que las mujeres pagaban para trabajar.
Entre los hallazgos encontrados se pudo identificar que las mujeres no eran criminalizadas por ejercer la prostitución si estaban bajo el cumplimiento del reglamento de “mujeres públicas”. Sobre este asunto se comprende que tanto el departamento de sanidad como el de la policía estaban al tanto del número de mujeres insertadas en el oficio de la prostitución. Así que ambos departamentos atienden el asunto a partir del control y regulación de inscripciones para que de esta manera se pueda controlar el asunto desde la salud pública. Un aspecto que queda silenciado de parte de las agencias es el asunto de las condiciones y la realidad de las mujeres. En los hallazgos identifiqué que al parecer las agencias tenían una idea sobre el porqué, muchas mujeres estaban insertadas en la práctica de la prostitución, pero no mencionan nada sobre otras posibilidades de empleos para ellas. En efecto, el problema económico de las mujeres no se atiende y no se evalúa de acuerdo a lo discutido en el Ayuntamiento.
Se podría argumentar que las agencias bajo el gobierno colonial de España ya habían asumido una postura en cuanto a la práctica de la prostitución, dado que las agencias en sus ordenamientos describen la prostitución como un “oficio”. Sin embargo, por otro lado, describen a las “prostitutas” como “perdidas”. Además, crean una tipología al diferenciar a las prostitutas de otras mujeres que también tienen “prácticas inmorales” pero estas no son definidas como “prostitutas”. Dichas diferencias que se establecieron entre las mujeres son un asunto relacionado también al de los valores y familias cristianas mencionado en los hallazgos. Este asunto sobre la moralidad y los valores familiares también está relacionado al pensamiento de la sociedad puertorrriqueña en los años sesenta y setenta que atenderé más adelante con la prensa puertorriqueña.
Departamento de salud
Enfermedades venéreas
1939-1951
Expedientes de “mujeres”: Curious absence note, letters & lists!?
A continuación, se examina un caso de una “prostituta” que de acuerdo a su expediente ejercía el trabajo sexual entre 1939 y 1951. Al usar este expediente como ejemplo pretendo dar luz a lo discutido sobre cómo aquellos reglamentos de salubridad de la prostitución del siglo XIX, pero en un contexto histórico posterior sin que hubiera muchos cambios en la manera en que el Estado atendía la prostitución. Encontré el expediente como parte de una pasantía de verano en el PRAC cuando estuve trabajando los documentos del fondo del Departamento de Salud, la serie de las enfermedades venéreas. Durante la pasantía trabajé diecisiete cajas de expedientes de mujeres identificadas como “promiscuas” o “prostitutas”.
Además, los expedientes son de mujeres identificadas como pacientes diagnosticadas con sífilis, otras enfermedades venéreas, problemas con su menstruación u endometriosis, entre otros diagnósticos médicos. Los documentos cubren los años 1939 a 1951. En los expedientes se puede encontrar información de perfil de las personas, información sobre su diagnóstico y en algunos casos el expediente provee el historial familiar y la dirección de la paciente al igual que el pago de su vivienda y oficio.
En algunos casos la descripción del diagnóstico de la paciente era “promiscua” o “prostituta”.[4] En algunos casos el diagnóstico de “prostitute” o “prost” aparecería también en el encasillado de ocupación/oficio. En algunos expedientes de las cajas también se encuentran listas de las mujeres que eran identificadas como “promiscuas” en cartas dirigidas al centro al cual las pacientes debían ser atendidas y transportadas por un médico del pueblo para comenzar los tratamientos. En los expedientes se encuentran las fechas en las cuales la persona se realizó las pruebas serológicas y la información del médico del Centro por el cual la paciente fue atendida. En algunos casos en el expediente de la paciente se pueden encontrar fotografías tamaño “2×2” de la persona. En los expedientes de las pacientes también se puede leer que en algunos casos el médico que las atendía realizaba una nota en su expediente que debía ser “devuelta a la cárcel” o “cárcel” en tinta roja y en otros casos en los encasillados de las pruebas se refiere a estas como “delincuente”.
Un asunto frecuente en los hallazgos que encontré es que en la mayoría de los expedientes catalogados se menciona de manera frecuente la zona de San Juan como lugar de trabajo de las mujeres. En los expedientes pude identificar que algunas de las mujeres eran residentes en otros pueblos del este y oeste de Puerto Rico y/o inmigrantes. En otros casos identificó en la catalogación que las mujeres residían o trabajaban en hoteles en San Juan, establecimientos de bebidas o en la calle. Sobre el asunto de las inmigrantes que aparece en algunos expedientes examinados, es un asunto que también encontré en el periódico El Mundo, que “las mujeres extranjeras migran a Puerto Rico para ejercer la prostitución y luego regresan a su país”. Un asunto que encontré curioso entre algunos expedientes es que las pacientes dejaban notas escritas por ellas mismas en las clínicas para consignar su ausencia u otras razones. Por ejemplo, en la dispensa dejaban notas dirigidas a otras personas externas a la clínica. Una de las que pude encontrar fue de una paciente dejándole saber a otra persona parecía ser un hombre que le devolviera un dinero que había sido prestado. Entre las notas que encontré fue la siguiente sobre una paciente disculpándose sobre su ausencia:
Carta sobre su ausencia a la cita dirigida a personal de la clínica--Expediente de la paciente--Tarjetas de Pruebas Serológicas
Documentos de prensa de 1966-1970 de Estados Unidos vs. Puerto Rico sobre la “legalización”, particularmente las propuestas de la Alcaldesa Doña Felisa Rincón y el representante Dr. Antonio Capell.
Propuestas de legalización por políticos: Alcaldesa Doña Felisa Rincón de Gautie (Fela) y el representante Antonio Capella del Partido Nuevo Progresista
En esta sección examino las diferentes propuestas que encontré en el periódico El Mundo de 1966 a 1975, particularmente las propuestas de la Alcaldesa de San Juan, Felisa Rincón de Gautier (conocida como “Doña Fela”) del Partido Popular Democrático (PPD) y del representante Antonio Capella del Partido Nuevo Progresista (PNP). Para esta parte del trabajo realicé una búsqueda en la prensa El Mundo de Doña Fela en relación a la prostitución y entre los artículos de prensa que existen sobre el tema encontré una propuesta de un representante del PNP llamado Antonio Capella. El propósito de esta búsqueda era conocer si el Municipio de San Juan había cambiado las políticas de orden público para atender la prostitución. En la búsqueda pude encontrar varios artículos de prensa en relación al pensamiento puertorriqueño sobre el tema, pude identificar que había una polarización en la opinión pública de la sociedad puertorriqueña. Dicha polarización entre diferentes sectores puertorriqueños se divide en dos grupos: los sectores de oposición y sectores que favorecían las propuestas de legalizar la prostitución.
En una columna del periódico de 4 de marzo de 1973 títulada: “En 1526 la prostitución era legal en PR; Ahora No” se discuten varios asuntos relacionados a la prostitución. De este artículo quiero señalar algunos puntos importantes, el primero es que en 1966 la alcaldesa de la capital, Felisa Rincón, propuso que se legalizará la prostitución en Puerto Rico. Por su parte, la posición de Rincón desató una polémica entre quienes la favorecían y opositores (El Mundo, 4 de marzo de 1973). La propuesta de Doña Fela para atender el asunto de la prostitución en el municipio era desde unos objetivos relacionados al asunto de salubridad y orden público en el municipio. De acuerdo a la posición de la alcaldesa había un “mal” en la capital que debía ser atendido a partir de políticas públicas que respondieran a ordenanzas municipales.
En concreto, la alcaldesa buscaba regular espacialmente la práctica de la prostitución estableciendo lugares como “Red Lights” o “Barrio Rojo” y que las mujeres ejercieran la prostitución exclusivamente en las calles establecidas de acuerdo al ordenamiento municipal. El propósito de la alcaldesa estaba más relacionado con el aspecto de “limpiar” las calles de las mujeres que estaban ejerciendo negocios de manera “desordenada e inmoralmente”. El establecimiento de estas calles según la alcaldesa favorecería a la población porque ya no tendría que ver a las “prostitutas” en todas las calles de la capital.
¿La alcaldesa hizo un viaje a París en 1967?!
En la búsqueda en El Mundo encontré que la alcaldesa realizó un viaje a París para estudiar los problemas de la prostitución y a su regreso propuso que la solución a la prostitución era legalizarla. En los hallazgos que identiqué sobre las razones para la alcaldesa realizar dicho viaje en El Mundo solo pude encontrar que se justifica el viaje de la alcaldesa al ser únicamente por los motivos que se mencionaron “para estudiar los problemas de la prostitución”.
La propuesta para legalizar la prostitución es presentada por la alcaldesa en el 1967 y tiempo después la Asamblea Municipal de San Juan aprobó por votación “en contra ocho personas y tres a favor de una ordenanza contra la prostitución” (El Mundo, 25 de mayo de 1968). En esta búsqueda también encontré que después de dicha ordenanza se prohibió la prostitución de ambos sexos en el municipio y se fijaron penalidades para las personas que la practicaran. En varios artículos de la prensa también pude identificar que ya para este período se reconoce que ambos sexos ejercían la prostitución en las calles de la capital.
La ordenanza municipial que se estableció dió autoridad a la policía para que intervinieran en las calles y eliminar todo el “espectáculo” de las mujeres haciendo negocio de la prostitución. Un asunto importante acerca de esta ordenanza municipal es que el gobierno reconoce que la prostitución no se puede solucionar porque es un “mal sociológico”. Aunque, no se explica explicítamente en el artículo cuál era la razón para describirse como un “mal sociológico”, sobre este argumento interpreto que la posición de las agencias públicas y el gobierno en cuanto a la prostitución era un “mal sociologíco debido a que existía una población de Puerto Rico que experimentaba un problema de pobreza y este problema llevaba a las personas a ejercer la prostitución.
[Imagén de El Mundo]
Criminalización
En esta parte del trabajo quiero atender el asunto de la criminalización de la prostitución en Puerto Rico, específicamente en el Municipio de San Juan. Esta parte del análisis surge de la búsqueda que realicé en la prensa El Mundo al toparme con un artículo, en el cual se discuten reglas establecidas en los clubes o ordenamiento de salud pública que se traducen a formas de criminalización hacia las mujeres. Además, en este trabajo se analiza una entrevista realizada a un capitán de la policía que discute el tema a nivel jurídico penal.
De acuerdo a El Mundo un aspecto que nuevamente se repite en este período, que es atendido en los expedientes examinados del Departamento de Salud es el asunto de las enfermedades de transmisión sexual (ETS) y las enfermedades de infección sexual (ITS)[5]. Siendo este un tema fundamental tanto para las personas que practican la prostitución como para las personas que consumen del servicio de la prostitución, según El Mundo, las visitas de las mujeres a las clínicas comienzan a reducirse, por temor a ser arrestadas. Además, la cooperación de los dueños de bares y clubs nocturnos que antes tenían con el Departamento de Salud cambió de manera negativa, debido a que los dueños dejaron de recoger a las mujeres en los bares y transportarlas a las clínicas (El Mundo, 1973). En este hallazgo señalo que para el 1970 la prostitución era un crimen y las mujeres corrían el riesgo de ser arrestadas al ser identificadas como “prostitutas”.
Sin embargo, de acuerdo al Código Penal que en una entrevista realizada al Capitán González por un reportero de El Mundo, de acuerdo a González, en Puerto Rico no es delito ser prostituta. De acuerdo a lo que dice González a la prensa que “según este código las mujeres y hombres arrestados son acusados por violación a la ordenanza municipal 112.” De acuerdo al Código que cita González quiero señalar que entonces las personas que eran arrestadas por ejercer la prostitución en San Juan, simplemente dejo llevar por el Código Penal que en ese momento estaba rigiéndose la Capital, estas personas no eran arrestadas por ser “prostitutas” sino más bien porque estaban violando la ordenanza municipal de San Juan. Por tanto el Capitán González dice que cada municipio tiene su propia ordenanza municipal, según González “el código penal contiene varios artículos (290,288,2890) que bregan con el delito pero este dice que “resultan inoperantes”. Según cita, este código carece de disposiciones que castiguen el cobijar y promover la prostitución, como lo hacen los códigos de California y Nueva York. En el capítulo se encuentran incluidos los artículos sobre la prostitución y según este fue adoptado del Código de California en el 1902 el cual a su vez había sido enmendado por ese estado en el 1837. De acuerdo a los hallazgos que encontré en la prensa sobre las políticas públicas de la prostitución concluyo que en 1973 en Puerto Rico había una falta de articulación en cuanto a leyes muy contrarias al ejercicio de las agencias al criminalizar la prostitución.
Antonio Capella
A continuación se presenta lo que encontré en la búsqueda en El Mundo, un Proyecto para estudiar la prostitución que fue presentado en la Cámara de Representantes en mayo de 1971. Dicho proyecto de acuerdo a la prensa el Mundo fue presentado por el entonces representante por el Partido Nuevo Progresista doctor Antonio Capella, este autor de la medida en la cual de acuerdo al mundo “se ordenaba a la comisión de Salud y Bienestar estudiar la posibilidad y convenencia de legalizar este negocio”. Sin embargo, según El Mundo “la Comisión no realizó el estudio y la medida se engavetó” (Mundo, 1973).
El 16 de mayo de 1971 el doctor Capella “presentó la resolución en la Cámara para legalizar la prostitución y homosexualidad en Puerto Rico”. Se puede identificar que la propuesta del doctor Capella para atender la prostitución y homosexualidad era desde una visión médica. Al documentar en El Mundo pude identificar que el enfoque de Capella para atender el tema de la prostitución y el homosexualismo era por medio de la medicina. Su propuesta para investigar el tema de la prostitución se debía a su interés en atenderlo por medio de su legislación de un control salubrista ejerciendo tratamientos hacia las personas que sean prostitutas o homosexuales para controlar las enfermedades venéreas.
Para el doctor Capella el problema de la prostitución y homosexualidad de las personas se debía a un problema de salud de la persona que debía someterse a tratamientos que controlen las enfermedades venéreas. De esta manera su propuesta solucionaría el problema de homosexualidad y prostitución. En la siguiente imágen se puede observar al doctor Antonio Capella presidente de la Comisión de Salud y Bienestar de la Cámara de Representantes conversando con Anthony Tursi propietario de clubes nocturnos en San Juan:
De acuerdo con la prensa El Mundo, una de las razones por las cuales hubo oposición sobre la legalización de la prostitución de parte de otros grupos en Puerto Rico fue por las tradiciones de moralidad y costumbres de nuestro pueblo. Por lo tanto, la Cámara de Representantes no estuvo de acuerdo con la resolución presentada por el doctor Capella. Para los grupos que se oponían a la Propuesta presentada, el problema de la prostitución no se podía resolver y sería más grave legalizarla. El problema de legalizar la prostitución era definido como un asunto que desestabilizaría o afectaría los valores morales del país. Se puede identificar que en el caso de la oposición del país en cuanto a la prostitución no era definido directamente como un problema que tenían las prostitutas. Era más bien identificado por las personas como un problema que afectaría los valores morales que representan las familias puertorriqueñas.
Prensa de Puerto Rico vs. prensa de Estados Unidos
1966-1970
Colección de documentos encontrados en el Archivo de Roberto Sánchez Vilella y Revista de Estados Unidos.
En en esta parte del trabajo examino los documentos que encontré en la caja sesenta y nueve del archivo de Roberto Sánchez Vilella. En la caja encontré dentro de un cartapacio una colección de documentos de la prensa de 1966 organizados por fecha sobre la prostitución bajo el gobierno de Roberto Sánchez Vilella. Durante mi pasantía en la búsqueda de documentos relacionados al tema de la prostitución en el Archivo General de Puerto Rico, se me compartieron unos artículos de prensa de Estados Unidos de a mediados de los setenta. A continuación en este trabajo pretendo hacer una comparación entre la prensa de Puerto Rico versus la prensa de Estados Unidos relacionados al tema de la prostitución. El propósito de esta parte del trabajo es conocer cómo se hablaba del tema de la prostitución en Puerto Rico desde Estados Unidos, a partir de dónde se hablaba del tema de la prostitución en el Archipiélago. Además se quiere estudiar cuál era la forma en la que la prensa de Estados Unidos documenta el tema de la prostitución versus la posición de la sociedad puertorriqueña desde la prensa.
Durante el término de Sánchez Vilella se documenta que hubo redadas como medida que criminalizaba la prostitución. Además, encontré entre las prospuestas para legalizar la prostitución que muchas de estas concluían en oposición al atender el tema como un asunto político. Por su parte, relacionado con las propuestas de legalización discuten también las medidas que propuso la Alcaldesa Doña Felisa Rincón. En cuanto a la discusión sobre la posición de otros miembros del gobierno, se pudo encontrar que aunque consideraban “el hecho de que la prostitución sea un problema muy antiguo tampoco era justificación para que se establecieran áreas para practicar la prostitución”. Así que para el gobierno esta práctica debía continuar como un crimen. A tales efectos se puede identificar que no hubo un consenso para atender el tema de la prostitución.
En los documentos de la prensa encontré que de acuerdo a la oposición el problema de la prostitución era un asunto moral. Es decir, para los grupos que se oponían a atender el problema desde la legalización a estos grupos les preocupaba más bien los efectos que esta podría generar al facilitar otros problemas como el de las drogas, criminalidad, delincuencia y tráfico de mujeres. En los hallazgos pude identificar que el asunto de la prostitución de acuerdo al gobierno, era más bien considerada como un asunto de pobreza y que para los efectos de la pobreza esta operaba desde la criminalidad. Un asunto que parece interesante de algunos documentos de la prensa de El Mundo y San Juan Star es que se practicaba de manera clandestina la prostitución en algunos hoteles en San Juan.
Sobre este asunto encontré en la prensa El Mundo que en una redada los hoteles fueron confiscados por la policía al operar bajo el período de ilegalidad en el Municipio y hubo arrestos de hombres facilitando la prostitución y mujeres ejerciendo el comercio. El diálogo más frecuentado por las personas en la prensa se puede concluir que era la preocupación de algunos setores por el futuro de la preservación de las familias y la niñez del país. Para una parte de la población le parecía inresponsable e inmoral favorecer un crimen que degradaba los valores de la sociedad puertorriqueña. Por otra parte, estos sectores reconocían que era un problema que existía en la sociedad puertorriqueña, pero debía continuar de manera ilegal y ser atendido como un crimen. Además, la visión que tenía este sector opositor en cuanto a la prostituta era victimizante. Su oposición al legislar sobre la prostitución definía a la prostituta como una persona víctima de su situación o condición precarizada. Por su parte, la perspectiva de las personas que favorecían la legalización de la prostitución más bien estaba relacionada con el propósito de regular la práctica en el municipio de San Juan y de esta manera controlar y establecer la práctica de la prostitución en lugares específicos de la Capital. Además, para el sector que favorecía la prostitución el legalizarla también posibilitaría regular desde la salud pública en el municipio a las personas que ejercían esta práctica.
Concluyó, que en la prensa se observa que hubieron varios intentos por discutir con la población puertorriqueña, legislar, crear proyectos de ley e incluso hacer estudios como los presentados por el doctor Capell. A pesar de todo lo presentado, se puede interpretar que fueron intentos fallidos al determinar que no había un consenso en la población que favoreciera la legalización, quedando por su parte algunas interrogantes al margen que al parecer eran preocupaciones de la sociedad puertorriqueña. Me parece importante señalar que en las medidas presentadas por las agencias públicas y personas en la política no se hace mención a la perspectiva de las mujeres que ejercían la prostitución, para conocer cuáles eran las razones para insertarse en esta práctica. En los documentos que encontré tampoco pude conocer la opinión de Sánchez Vilella siendo este un tema muy frecuente bajo su gobierno.
Al tiempo después de haber propuestas y mucha discusión sobre el tema de la prostitución en Puerto Rico. A mediados de los setenta en una revista de Estados Unidos desconocida se publica lo siguiente:
[Imágen de revista desconocida]
Al analizar lo documentado en esta revista se encontré que define la prostitución en Puerto Rico como “Sex paradise”. Sobre este asunto quiero señalar primero que de acuerdo a este anuncio se puede identificar la Isla como un lugar en el que los hombres pueden conseguir “girls”. Por otra parte, en la revista se menciona que la prostitución en la Isla operaba bajo secreto en los hoteles haciendo negocios con los policías. Un asunto de los asuntos documentados en la revista respecto a la prostitución es que se describe como era el trato de personas de gobierno hacia “las prostitutas eran respetadas al igual que las personas decentes”. Este asunto parece muy contrario a las opiniones en artículos examinados de la prensa de Puerto Rico al considerar a la “prostituta” como una persona que actúa de manera inmoral. Por su parte en la revista también se describe a San Juan como el centro de la prostitución de la Isla.
Entre los hallazgos que intento resumir en este párrafo, también se describen a las mujeres “diferentes” a otras prostitutas de cualquier parte del mundo. Según se describe en la revista, la prostitución en San Juan era una “profesión honorable”. Este hallazgo me resulta interesante porque en parte da a conocer la visión que Estados Unidos tiene sobre Puerto Rico. Un asunto frecuente en esta noticia que pude identificar es que se distinguen las prostitutas de otras mujeres, nuevamente señalo que al igual que es mencionado en el “Reglamento de mujeres” parecido a Sanidad como la policía, en este reportaje se crea una división entre los tipos de mujeres, como si existiera una “tipología” o distinción entre los “tipos de mujeres”.
El otro aspecto que se discute en la noticia es que en San Juan no se veía la prostitución como un comercio sino como un lugar “para los hombres divertirse o hacer ocio”. A su vez que los hombres podían encontrar “prostitutas” en la Perla y el Fanguito, siendo estas las zonas donde había cabarets y bares de prostitución. Sobre este asunto Hendric Davis comenta que las mujeres tenían etiquetas en su trabajo y narra cómo se acercaban a los clientes y el trato hacía a los hombres. Sobre la noticia, quiero señalar que de acuerdo a lo presentado en la prensa de Puerto Rico se estaba intentando resolver el problema de la prostitución. Sin embargo, la visión estadounidense sobre el tema de la prostitución era algo que la sociedad puertorriqueña había “asumido, resuelto o normalizado”. El otro asunto es que para el estadounidense tanto los hombres que estaban casados con “prostitutas” como otras personas externas no tenían problemas con el oficio de “puta” (revista desconocida, 1970). Es decir que según la noticia en Puerto Rico “no existía un estigma de la prostituta”. De acuerdo a los hallazgos que encontré, algunas mujeres estaban casadas y ejercían la prostitución y otras se casaban al conocer un hombre dentro del oficio. Sobre este asunto, sería interesante saber si el reportero que escribe esta noticia quizás haya realizado entrevistas a alguna de las mujeres que describe haber visto en los “cabarets o bares” de el Fanguito o la Perla, para conocer lo que ellas opinaban sobre esta noticia.
En la siguiente noticia que examino, se describen los Cabarets que operaban en San Juan durante las noches en 1970. En la noticia se menciona que muchas de las mujeres que eran reclutadas residían en el Fanguito y la Perla y que sus edades flúctuaban entre catorce a veinte años de edad. Los asunto sobre las zonas y la edad también se repiten en los expedientes que examiné en el Archivo General de Puerto Rico del fondo del Departamento de Salud. La descripción de los cabarets en esta noticia parecen muy contario a las leyes de ilegalización de la prostitución en Puerto Rico. De acuerdo a la noticia las mujeres podían escoger el cabaret en el cuál iban a trabajar esa noche y en el mismo atender a sus clientes. Un asunto que me parece interesante, de esta noticia es saber si hubieron redadas o si en algún momento de esta época se realizaron redadas dentro de los negocios clandestinos dentro de la Perla o El Fanguito.
Además, entre los hallazgos se menciona que en el segundo piso de los cabarets había habitaciones establecidas en las cuales las mujeres podían atender a sus clientes. El autor de la noticia describe el estilo de vida de Lola M. Lola una mujer que ejerce la prostitución en San Juan. En este caso esta no siente degradación en lo que hace, su estilo de vida lo considera bastante normal, ya que el hacer este oficio la ha ayudado a ejercer un trabajo debido a que muy pocas mujeres podían ejercer trabajos para la época. A su vez, esta menciona que para ella era algo normal ya que vivían en una familia de seis, así que ya se había acostumbrado. Sobre lo mencionado por la trabajadora en este artículo señalo, que nuevamente se menciona el asunto de la presencia de mujeres en el ámbito laboral.
Por otra parte, la trabajadora menciona que se realizaban pruebas de enfermedades venéreas en un Centro de Caguas siendo este un asunto que coincide con los expedientes que examiné en el Archivo General de Puerto Rico del fondo del Departamento de Salud. Así que de acuerdo a lo mencionado por Lola M. Lola y la fecha de los documentos del Departamento de Salud puedo identificar que en Puerto Rico durante mucho tiempo hubieron centros capacitados y regulados para las personas que ejercían la prostitución, dado a que lo documentos revisados fluctúan entre el 1939 al 1951 y la noticia es de mediados de los setenta.
[Imágen de revista desconocida]
En los ensayos antes expuestos, estudio la regulación de la prostitución bajo el régimen colonial de España y las propuestas de políticos influyentes. Además, examinó el tema de la prostitución desde la prensa de la sociedad puertorriqueña, de esta manera, quise obtener una comprensión más amplia sobre los asuntos de la prostitución. En este trabajo coinciden varios puntos, aunque en diferentes períodos que resumo en cuatro partes. El primero es que la prostitución se asume como un problema de salubridad o un problema que afecta los valores morales de la sociedad puertorriqueña. Lo segundo es que el tema de la prostitución sí tuvo espacio en la política y sí ha sido discutido en varias ocasiones en distintos períodos en Puerto Rico. Sin embargo, como expongo, no se ha podido articular una resolución en la práctica de manera efectiva que atienda el asunto desde una visión de la realidad y experiencia de las mujeres que ejercen la prostitución. El tercer asunto es que las propuestas que se discuten como resoluciones a la prostitución como la “legalización” se limitan solo al asunto de orden social y salud pública. Cuarto y último, la prostitución desde la visión estadounidense parece ser optimista, siendo una visión muy contraria a la que la sociedad puertorriqueña experimentaba sobre la prostitución.
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Notas
[1] Lenocinio: Según la RAE, la etimología de la palabra viene del latín lenocinium. Se refiere a la acción de alcahuetear o oficio de alcahuete.
[2] Para propósitos del análisis histórico se utiliza la palabra prostituta.
[3] Históricamente, según la RAE “la casa de galera” se refiere a la casa a la que la justicia enviaba a las mujeres condenadas por delitos contra la moral, delincuentes y vagabundas.
[4] El médico que atendía a las mujeres escribía “Prostitute” en inglés porque durante este período los médicos encargados en algunos Centros Hospitalarios en Puerto Rico para atender personas de bajos recursos eran estadounidenses.
[5] Para propósitos históricos en algunas ocasiones del trabajo se utiliza “Enfermedades venéreas”. Sin embargo, se aclara que la ciencia ha avanzado y en el siglo veintiuno para algunas enfermedades infecciosas existen antibióticos (cura). Por tanto, a tales propósitos se reconoce que la ciencia establece de manera una diferencia entre las Infecciones de transmisión sexual (ITS) y las Enfermedades de transmisión sexual (ETS).