Puerto Rico y el Caribe Frances-Siglos 18 y 19–Guia de Investigacion
Juan Giusti Cordero
Professor Jubilado, Universidad de Puerto Rico
La importancia fundamental de la insurrección de St. Domingue, la Cédula de Gracias, y el impacto de las conexiones entre el sureste de Puerto Rico y las Antillas francesas. Desafortunadamente, no hay investigación en Puerto Rico sobre los “terratenientes franceses”, debido, entre otras razones, a la complejidad de la categoría “francés”. Por ejemplo, la definición de “francés” de Scarano en su libro sobre Ponce (véase más adelante) es general e incluye “corsos, haitianos, louisianaos, franceses continentales y antillanos franceses” (38). Varios de esos inmigrantes llegaron a Puerto Rico con una o más paradas prolongadas en el camino, lo que complica aún más el asunto.
Los inmigrantes de St. Domingue fueron los más numerosos y se establecieron principalmente en la costa oeste, particularmente en Mayagüez (cuya historiografía es inexplicablemente escasa). En cuanto a cuántos eran hacendados y/o cuántos se convirtieron en hacendados, los datos son fragmentarios; además, incluyen tanto a esclavizados como a mulatos libres (véase Rosario, más adelante). La mayor parte de esta migración ocurrió en la década de 1790 y principios de 1800, cuando los documentos oficiales españoles en Puerto Rico son menos fiables que después de la Cédula.
En la historiografía puertorriqueña, el papel de los hacendados tiende a ser generalmente destacado, sin embargo, es importante tener en cuenta que los hacendados más grandes, especialmente, también fueron comerciantes y acreedores, traficantes de esclavizados, navieros, etc., en algún momento de su carrera e incluso simultáneamente con la gestión de una plantación. Se necesita una caracterización social más compleja y se ha llevado a cabo en Puerto Rico, y la investigación del colega también va en esa dirección.
El Catálogo de Extranjeros de Estela Cifre de Loubriel es valioso como base de datos inicial. Cifre trató útilmente a Francia y a cada una de las Antillas francesas como “países” diferentes. Así, aparecen 89 inmigrantes de Guadalupe y 65 de Martinica, con el mayor número (en ambos casos) ubicados en Naguabo. Para Haití, Cifre solo enumera 19. Me parece que la información que utiliza Cifre es más fiable después de 1815, cuando los procesos de inmigración y residencia y los documentos oficiales se regularizaron más.
La inmigración desde —y el comercio de esclavos con— las islas francesas y especialmente desde Guadalupe pudo haber sido mayor antes de la Cédula. Antes de 1815 (a) existía el impacto reciente de las revoluciones y guerras en Saint Domingue y las Antillas Orientales (b) hasta la Cédula, los de las islas francesas gozaban de ventajas sobre los de las islas protestantes inglesas que aspiraban a migrar a Puerto Rico, especialmente con esclavos. En este sentido, los antillanos franceses fueron comparados con los “irlandeses” que venían de islas cercanas.
El período formativo de 1795-1815 es mucho menos conocido; sin embargo, fue clave, por ejemplo, para el desarrollo de la sociedad esclavista de Ponce, que pronto se convirtió en el principal productor de azúcar y economía esclavista de la isla. Ponce es el caso mejor documentado y el que conozco un poco más.
Scarano estableció que los “franceses” poseían algunas de las haciendas más grandes de Ponce entre 1827 y 1845 (registros de riqueza de esos años). En 1827, los “franceses” empataron en el primer lugar con los “puertorriqueños (criollos)” con 11. Scarano creía que la importancia de los “franceses” había sido aún mayor en las primeras épocas del azúcar y la esclavitud. Y menciona que los franceses que vinieron de Saint Domingue también fueron importantes en las fases técnicas de la producción de azúcar. Es seguro decir que también fueron importantes en la administración de haciendas, lo que no pocas veces sirvió como puerta de entrada para convertirse en dueños de haciendas, quizás concurrentemente o más tarde como comerciantes-acreedores.
El más interesante de los “primeros” hacendados de Ponce, y uno que siguió ese camino, es Pedro Gautier. Es mencionado por Scarano y Picó (Cifre lo lista bajo Francia). Gautier llegó entre 1810 y 1814 de Guadalupe vía St. Thomas. Gautier fue inicialmente administrador de la hacienda más grande de Ponce (110 esclavos en 1827). Aparentemente estuvo muy involucrado en el comercio/”transferencia” de esclavizados, que fue bastante extenso en esos años. El terrateniente “francés” más importante del período inicial fue un corso, Pablo Bettini (Hacienda Isabel), quien aparentemente residía en Puerto Rico ya en 1810. Las tablas de propiedades de hacendados en Sugar and Slavery listan otros nombres con “Francia” genéricamente como lugar de origen, excepto cuando se indica algo más específico.
Sin embargo, el principal traficante de esclavos en Ponce (rivalizado por dos comerciantes de origen estadounidense, James Atkinson y Arthur Rogers) fue Francisco [François?] Tristani/Tristany, un corso que llegó vía Guadalupe y St. Thomas. Para datos sobre Tristani, véase Picó, pp. 79-4, y Pérez Vega, Las sociedades mercantiles, 139-150, y “Las grandes introducciones”. Cifre no lista a Tristani ni bajo Francia ni bajo Guadalupe. Existió una “colonia”, que pudo haber llegado a más de 100 personas; estaba dividida en al menos tres regiones en el suroeste y sur; su “francesidad” era compleja y fue moldeada no solo por los lugares de origen (incluyendo Francia, más Córcega) sino también por los puntos de tránsito e historias de vida; su carácter de “hacendado” fue a menudo igual de complejo; y todos estos aspectos necesitan mucha más investigación.
Finalmente, el comercio de esclavizados entre las islas francesas y Puerto Rico antes y (en menor medida) incluso después de la Cédula de Gracias fue parte de corrientes más amplias de comercio mayormente de contrabando entre PR y especialmente el Caribe Oriental, donde el desarrollo de las plantaciones había reducido la cubierta forestal y había una producción insuficiente de alimentos y ganado; Puerto Rico exportaba madera para construcción, leña, provisiones y ganado, especialmente mulas. En este comercio, Guadalupe fue durante mucho tiempo un “socio comercial” clave para PR. El tráfico de personas esclavizadas y las corrientes migratorias relacionadas deben contextualizarse en estas corrientes.
Para el siglo XVIII, antecedentes, véase Juan Giusti Cordero, “Beyond sugar revolutions: rethinking the Spanish Caribbean in the 17th-18th centuries”, en George Baca, Aisha Khan, and Stephan Palmié, eds., Empirical futures: anthropologists and historians engage the work of Sidney W. Mintz (University of North Carolina Press, 2009). Existen varios estudios recientes, incluyendo Cromwell, “More than slaves and sugar: Recent historiography of the trans‐imperial Caribbean and its sinew populations.” History Compass (2014): 770-783; Bassi, An Aqueous Territory: Sailor Geographies and New Granada’s Transimperial Greater Caribbean World, Duke University Press, 2016; Bulamah, “Domesticação contra a plantation,” Mana 28.3 (2022).
Además de Sugar, slavery, & freedom in nineteenth-century Puerto Rico de Luis Figueroa, las siguientes fuentes. (Los datos sobre hacendados y traficantes de esclavos “franceses” son fragmentarios.)
Fuentes de antecedentes sobre hacendados inmigrantes en Puerto Rico y sobre el comercio interinsular de personas esclavizadas, principios del siglo XIX:
Francisco Scarano, Sugar and slavery in Puerto Rico: the plantation economy of Ponce, 1800-1850 (University of Wisconsin Press, Madison, Wis., 1984)
Joseph Dorsey, Slave traffic in the Age of Abolition: Puerto Rico, West Africa, and the non-Hispanic Caribbean, 1815-1859 (Gainesville, University Press of Florida, 2021 [2003])
Francisco Moscoso, La Revolución haitiana y Puerto Rico, 1789-1804 (Ediciones Laberinto, San Juan, Puerto Rico, 2023)
Fuentes sobre hacendados “franceses”:
Fernando Picó, Ponce y los rostros rayados: sociedad y esclavitud 1800-1830 (Ediciones Huracán, San Juan, Puerto Rico, 2012). Existe una traducción al inglés de una disertación del Programa de Traducción. Véase especialmente “Esclavos introducidos de las islas francesas”, pp. 156-159.
Raquel Rosario Rivera, La presencia haitiana en Puerto Rico, siglo XIX (1791-1850) (Publicaciones Rarori, Inc., [San Juan, Puerto Rico], 2023). Véase especialmente el Cap. 4, “Los emigrados franceses de la colonia Saint Domingue en Puerto Rico.”
Ivette Pérez Vega, Las sociedades mercantiles de Ponce (1816-1830) Academia Puertorriqueña de la Historia: Ediciones Puerto Inc., San Juan, Puerto Rico, 2015.
______ “Las grandes introducciones y ventas de esclavos en Ponce 1816-1830”, en Primer Congreso Internacional de Historia Económica y Social de la Cuenca del Caribe, 1763-1898 (San Juan, P. R.: Centro de Estudios Avanzados de Puerto Rico y el Caribe, 1992), pp. 61-76.
David Silva
Estudiante Graduado en historia, Universidad de Puerto Rico
Como menciona Giusti, ya que no ha habido un buen estudio que reúna la mayor parte de los datos y sintetice un recuento sólido de este tema particular, la información está fragmentada y regada entre diferentes medios. Hay un sinnúmero de artículos y textos que nutren a un entendimiento más profundo del asunto, pero no siempre está claro cómo si no se tiene un conocimiento previo de ciertos términos y/o actores particulares.
Lo más amigable para un acercamiento al tema de los franceses en el Caribe en el periodo de la Revolución Francesa son algunos trabajos de Anne-Perotin Dumon sobre la historia de Guadalupe en el período revolucionario, así como el gran trabajo de Flavio Eichmann del 2019: Krieg und Revolution in der Karibik (War and Revolution in the Caribbean: The Lesser Antilles) que pone al Caribe francés y la revolución en un contexto colonial más amplio, con un enfoque en las otras islas y territorios que no son Haiti –Guadalupe, St. Martin, Martinica, etc– y qué papel juegan en los conflictos y matices de las revoluciones atlánticas (el libro, desafortunadamente, hasta la fecha sólo está disponible en alemán).
Como también expone el Prof. Giusti, el término francés tiene sus complejidades como categorización, (los inmigrantes que provienen de las colonias son muy distintos a los de la metrópolis, por ejemplo). Sin embargo, vale la pena recalcar que la Revolución Francesa causó fuertes disyuntivas en torno a la identidad de los sujetos franceses. Los ‘Franceses’ en el Atlántico, por ende, albergaban una serie de polémicas internas en torno a cómo relacionarse unos a los otros y a menudo se adscribían etiquetas que eran razón de disputas altamente contestatarias (con hasta consecuencias legales en algunos lugares). Este matiz solo se comenzó a considerar más seriamente en investigaciones históricas a partir de la década del sesenta y se ha considerado muy poco en el contexto de la historiografía puertorriqueña. Aunque no significa que se debe descartar la categoría de ‘francés’ como identificador de las poblaciones en cuestión —nos resulta útil como etiqueta en el contexto caribeño, que alberga múltiples etnicidades, culturas, lenguajes, identidades, etc—, si se debe tener en mente estas complejidades de categorización cuando se estudian a las poblaciones en cuestión. El trabajo de Patrick Harris (incluido en “otras lecturas recomendadas”) expone algo sobre estas disputas de identidad entre las personas desplazadas de Francia en el periodo revolucionario.
En Puerto Rico, de igual manera –en términos sumamente generales–, se podrian resaltar dos fuentes de migracion de franceses: La Revolucion Haitiana y la Revolucion Francesa. Aunque ambos eventos socio-políticos tienen fuertes vínculos en su desenvolvimiento, en Puerto Rico resultan en dos tipos de movimientos migratorios. Una es la ola que se tiende a conocer más a menudo, que es la del sector pudiente de Saint-Domingue junto al sector trabajador, que en gran medida viene a la isla huyendo de la Revolucion Haitiana y se dispersa primordialmente en el oeste de Puerto Rico (la historiadora Raquel Rosario ha investigado esta ola en detalle, al igual que Jose Morales). La otra, mucho menos numerosa, resulta de la Revolución Francesa, en varias etapas, aunque una muy notable en los meses previos al asedio inglés a San Juan en 1797.
A lo que ya ha expuesto el Prof. Giusti, me atrevo a añadir solo unas pocas de las fuentes primarias que he encontrado escritas desde Puerto Rico sobre los franceses de esa segunda ola, en el tiempo antes y durante el Asedio Inglés de 1797. Las más informativas y completas sobre el asunto a primera vista son las que comparto a continuación:
“Sobre conducta del Cónsul provisional del Guárico.” PARES, MINISTERIO DE CULTURA, Archivo General de Indias, ESTADO,10,N.42. Disponible en: (https://pares.mcu.es/ParesBusquedas20/catalogo/show/62079) [consulta: 18/12/2024].
“Agustín París, quejándose del Gobernador de Puerto Rico.” PARES, MINISTERIO DE CULTURA, Archivo General de Indias, ESTADO,13,N.46 Disponible en: (https://pares.mcu.es/ParesBusquedas20/catalogo/show/62325?nm) [consulta: 18/12/2024].
La primera es una recopilación de documentos y cartas que Ramon de Castro juntó para informar al rey de España sobre las disputas legales que se habían ido desarrollando entre el mismo Capitán General y los franceses que habían llegado a San Juan a partir del 1796—particularmente con el “Cónsul” o “Agente Marítimo” Agustin Paris.
La segunda es una carta de ese mismo “Agente Marítimo” Agustin Paris, quejándose ante la Real Audiencia sobre cómo se ha comportado Ramon de Castro en relación a su posición como ‘Cónsul’ francés en Puerto Rico. Interesantemente, las tensiones de este conflicto llegan a su punto culminante a solo un mes de la llegada de los ingleses en 1797. Ello significa que a la llegada de Abercromby y su ejército invasor, de Castro y los franceses dejaron a un lado sus diferencias y cerraron fila contra los ingleses. Agustín París fue hecho “comandante de los franceses” y fue la figura que representó a ese grupo cuando se ofrecieron a participar en la defensa de San Juan. Esta población de franceses no solo forma parte de un episodio aislado particular, sino que tuvo una permanencia y —según los estudios de Adam Szaszdi Nagy y su hijo, Istvan Szaszdi— consecuencias poco estudiadas para la economía azucarera aún naciente en el Puerto Rico previo a 1815. Otros hechos también apoyan que su presencia fue trascendental a nivel cultural y hasta político, pero todo ello aún queda por probarse a profundidad. Sin embargo, estas interrogantes generan otras preguntas sobre la huella que dejaron las otras poblaciones francesas en la isla, particularmente al inicio del siglo XIX. Aún falta identificar, de manera concreta, como figuran estas poblaciones de ‘franceses’ en la historia de Puerto Rico, más allá de en la economía; al nivel cultural, político, y social.
Otras lecturas recomendadas:
Harris, Patrick. “Transimperial Exiles: Emigration and the Making of the Revolutionary Caribbean”. French History and Civilization, Vol. 10, 2021. p.186-198.
Moscoso, Francisco. “El Episodio de la Incorruptible: Esclavitud en Guadalupe y Puerto Rico, 1795-1803”. Taller de Investigacion Historica. San Juan, 2022.
Morales, José. The Hispaniola Diaspora, 1791-1850: Puerto Rico, Cuba, Louisiana, and Other Host Societies. (Dissertation), University of Connecticut, 1986.
Szaszdi Nagy, Adam. “El movimiento del Puerto de San Juan reflejado en los protocolos 1799-1813”, Boletín de la Academia Puertorriqueña de la Historia, Vol. XIII, Num. 43, 1ero de enero de 1992. p.105-138.
Szaszdi Leon-Borja, István. “Después del Tratado de Basilea: Ideologia, usos y costumbres de guerra en el ataque británico de 1797 a la isla de Puerto Rico”. Iura Vasconiae, Num.4, VI Symposium, 2007. p.389-414.